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Histofilosis bovina: causas, signos y tratamiento

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La histofilosis bovina es un padecimiento frecuente en América del Norte, la incidencia de una unidad de producción a otra varía de acuerdo a una serie de factores, por ejemplo, la ubicación geográfica, el tipo de sistema productivo, las prácticas de manejo, la exposición continua a condiciones estresantes, la genética de los animales y su estado inmunológico.

Histophilus somni, el agente causal de la infección, forma parte de los microorganismos que conforman la enfermedad respiratoria bovina (ERB). Además, se ha observado que este organismo afecta otros sistemas en el ganado, incluyendo el cardiovascular, reproductivo, músculo-esquelético y nervioso.

Detectar el padecimiento de forma oportuna no solo protege la salud y bienestar de los animales, sino que también es esencial para mitigar las pérdidas económicas. Enseguida detallamos sus causas, cómo reconocerla, cuál es el tratamiento y las medidas de prevención que puedes adoptar en tu rancho.

¿Qué es la histofilosis bovina?

Es una enfermedad infecciosa común en los corrales de alimentación intensiva, originada por la bacteria Histophilus somni (antes llamado Haemophilus somnus), un organismo gram-negativo con forma de cocobacilo, perteneciente a la familia Pasteurellaceae.

La neumonía durante las enfermedades respiratorias, la meningoencefalitis tromboembólica y ciertos trastornos patológicos del tracto reproductivo que involucran la infertilidad y el aborto son las manifestaciones clínicas observadas con mayor frecuencia en el ganado.

H. somni es un patógeno oportunista, es decir, para establecerse aprovecha una disminución de la eficacia de la barrera mucociliar causada por la exposición a factores estresantes o debido a una enfermedad infecciosa secundaria, incluyendo la diarrea viral, la rinotraqueítis infecciosa, el virus sincitial respiratorio, la parainfluenza tipo 3, la pasteurelosis y la mannheimiosis.

Afecta principalmente a becerros jóvenes de 4 a 10 meses de edad y se transmite mediante contacto directo con secreciones del sistema respiratorio o reproductivo. Es necesario destacar que el complejo histofilosis bovina inicia con una infección respiratoria que provoca septicemia y conduce al desarrollo de complicaciones, como la miocarditis.

Daños productivos y económicos

El impacto de la histofilosis es muy grave y se debe fundamentalmente a los costos de tratamiento y atención médica, reducción de la tasa de crecimiento, disminución de la conversión alimenticia, baja eficiencia reproductiva, muertes y compra de animales para reemplazo. Todo esto en conjunto compromete la productividad y rentabilidad del rancho. 

Factores predisponentes de la histofilosis en el ganado

Se presenta comúnmente en animales recién llegados al corral de alimentación intensiva, debido a la exposición a factores estresantes tales como la manipulación, el transporte, el hacinamiento, la mezcla de animales y los cambios climáticos extremos.

Así mismo, la ausencia de ingestión de calostro, una nutrición deficiente, cambios drásticos en la alimentación, una respuesta inmunológica débil, la falta de prácticas de bioseguridad y programas de vacunación son elementos que favorecen la aparición de la enfermedad.

Signos clínicos de la histofilosis bovina

Por lo general, el ganado se infecta entre 14 días y 2 meses posteriores a su entrada al corral de alimentación intensiva. H. somni genera una gran variedad de manifestaciones dependiendo el sistema u órgano afectado, estos son los más habituales:

  • Fiebre
  • Depresión
  • Disminución del consumo de alimento
  • Dificultad para respirar
  • Secreción nasal
  • Salivación
  • Ceguera
  • Orejas caídas
  • Cojera o tambaleo
  • Renuencia a moverse
  • Hinchazón en las articulaciones
  • Debilidad muscular
  • Rigidez
  • Falta de coordinación en el movimiento
  • Infertilidad
  • Abortos
  • Muerte súbita

Esta infección progresa rápidamente y los animales afectados pueden fallecer en menos de 48 horas después de la aparición de la signología. En ocasiones, los becerros mueren sin mostrar ninguna señal de enfermedad.

Histofilosis bovina: diagnóstico

El diagnóstico preliminar se fundamenta en la valoración realizada por el médico veterinario, quien examina la historia clínica, evalúa al animal y observa los signos clínicos presentes. 

La confirmación se logra al obtener muestras del tracto respiratorio o urogenital y analizarlas mediante pruebas de laboratorio como el aislamiento de la bacteria y técnicas moleculares, tales como la tinción inmunohistoquímica con hematoxilina-eosina o pruebas específicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

Tratamiento de histofilosis bovina

Los antibióticos se administran como principal terapia, sin embargo, suelen ser más eficaces cuando se aplican en etapas tempranas de la infección. Esto se convierte en un desafío debido a su naturaleza a menudo fatal.

Para el tratamiento de enfermedades respiratorias causadas por H. somni puedes usar Resflor® (Q-0273-100), un producto que contiene florfenicol como antibiótico de amplio espectro y flunixin de meglumine como antiinflamatorio no esteroidal (AINE) con actividad analgésica y antipirética.

Además, es importante proporcionar terapia de apoyo para ayudar a los animales a superar los efectos de la enfermedad y acelerar su recuperación. Esta involucra el suministro de terapia de líquidos, suplementos energéticos y otros elementos considerados por el mvz.

Prevención y control de la histofilosis en el ganado bovino

Una de las medidas más efectivas para controlarla es la metafilaxia, la cual consiste en administrar antibióticos como Zuprevo® 18% (Q-0273-226) a animales que, aunque no presentan signos, han estado en contacto directo con otros que sí muestran señales de la enfermedad. Su objetivo es tratar al ganado enfermo y reducir la diseminación del virus.

La vacunación también es un elemento clave en la prevención. Bovilis® Vision 8 Somnus (B-0273-174), una bacterina toxoide que ayuda en la prevención de enfermedades causadas por Histophilus somni y por clostridios. 

Se recomienda aplicarla a partir de los 3 meses de edad, con un refuerzo a las 3 o 4 semanas  posteriores, con revacunaciones anuales o semestrales, basándose en la evaluación del riesgo. No olvides consultar antes con tu médico veterinario, él se encargará de diseñar un calendario de vacunación que se ajuste a tus necesidades. 

Adicionalmente, es necesario  implementar medidas de bioseguridad para reducir el riesgo de infección, entre ellas se encuentran: evitar el hacinamiento, proporcionar una buena alimentación, promover el pre-acondicionamiento, mantener higiénicas las instalaciones, llevar a cabo protocolos de cuarentena y aislamiento de animales enfermos, etc. 

En Club Ganadero estamos para ayudarte, si tienes alguna duda sobre este tema,  requieres de asistencia técnica o comprar alguno de estos productos, contáctanos.

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Bibliografía

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