Inicio > Blog > Categoría > Coccidiosis bovina: causas, consecuencias y medidas de bioseguridad
La coccidiosis bovina es una enfermedad parasitaria que afecta al ganado en todo el mundo. Este padecimiento tiene efectos devastadores en la salud y el rendimiento de los animales, afectando gravemente la productividad y economía de las unidades productivas.
Para ejecutar estrategias de tratamiento, control y prevención es necesario conocer los aspectos que involucra dicha parasitosis. Enseguida, te decimos todo lo que necesitas saber para mantener sanos a tus bovinos y asegurar la rentabilidad de tu empresa.
¿Qué es coccidiosis en bovinos?
La coccidiosis bovina es una enfermedad causada por protozoarios del género Eimeria. Es una de las principales razones por las que los becerros menores a un año de vida padecen diarrea, observándose con mayor frecuencia en crías de 1 a 2 meses de edad. Aunque es poco común, también puede afectar al ganado adulto inmunocomprometido.
Impacto económico y productivo
Sus efectos negativos son significativos, por el momento no se dispone de cálculos actuales, pero investigaciones previas han estimado que las pérdidas anuales en el mundo rondan los 13 mil millones de pesos MXN (Fitzgerald, 1980). Las implicaciones de la parasitosis a corto y largo plazo incluyen lo siguiente:
- Evaluación médica y tratamiento
- Reducción en la conversión alimenticia
- Disminución de la ganancia diaria de peso
- Mayor susceptibilidad a otras enfermedades
- Baja producción de leche y carne
- Menor potencial reproductivo
- Mortalidad y compra de reemplazos
Agente causal de la coccidiosis en bovinos
De las 13 especies del género Eimeria que se han reconocido en el ganado bovino, solo E. bovis, E. zuernii y E. alabamensis poseen una elevada capacidad de originar la enfermedad (patogenicidad). Cabe destacar que en muchos casos se producen infestaciones mixtas, con la presencia de múltiples variedades patógenas y no patógenas.
Coccidiosis bovina: ciclo biológico de Eimeria spp.
Un ciclo completo tiene una duración de 2 a 4 semanas dependiendo de la especie y las condiciones ambientales del entorno. Para una mayor comprensión, puede dividirse en dos etapas: una en vida libre y otra dentro del huésped. A continuación, las detallamos.
Fase exógena
Los ooquistes del parásito se excretan en las heces del bovino y si el oxígeno, la temperatura y la humedad son los ideales, pasan por un proceso llamado esporulación, en el que se les forman membranas protectoras que les permiten sobrevivir. La transición dura de 1 a 4 días, pero si las condiciones son malas puede tardar varias semanas.
Fase endógena
Comienza cuando el animal ingiere los ooquistes esporulados, una vez que se exponen a las enzimas del intestino, liberan esporozoitos que invaden la mucosa intestinal.
Luego se transforman en esquizontes que se multiplican asexualmente para formar merozoitos que abandonan la célula rompiéndola e infectando nuevos enterocitos. Este proceso se repite al menos dos veces en la mayoría de las especies de Eimeria.
Algunos de los merozoitos avanzan a la etapa de reproducción sexual donde se convierten en macrogametos (espermatozoides) o microgametos (óvulos). Al llevarse a cabo la fertilización se forma un cigoto que desarrolla una pared resistente, formando el ooquiste.
Al madurar, rompen las células intestinales y se eliminan en las heces, esta parte es la que más daño hace al bovino, contribuyendo a la manifestación de signos clínicos.
Transmisión de la coccidiosis bovina y factores de riesgo
La ruta de transmisión es fecal-oral, esto quiere decir que los animales la adquieren cuando ingieren alimentos o beben agua contaminada. Es fundamental destacar que los ooquistes son muy resistentes y sobreviven semanas o meses, en condiciones favorables.
Potreros con alta densidad de animales, pastos muy poblados que se encuentran cerca de zonas húmedas y áreas de alimentación, son los sitios con mayor acumulación de parásitos. Los bovinos por lo general son inmunes al año de edad, pero pueden servir como reservorio para los animales más jóvenes.
Algunos de los factores que elevan la susceptibilidad y determinan la gravedad del caso son: la edad, la nutrición, el estrés (destete, clima, transporte, otras enfermedades, etc.), la genética, la especie de Eimeria involucrada y el nivel de exposición ambiental.
Signos clínicos de la coccidiosis bovina
Existen dos tipos de manifestación, la forma subclínica que puede ser reconocida por la disminución del apetito, la baja eficiencia alimenticia y desarrollo o crecimiento lento, dadas por el daño intestinal; y la forma clínica, en la que se observa la siguiente signología:
- Diarrea acuosa o hemorrágica
- Fiebre intermitente
- Anorexia
- Depresión
- Debilidad
- Dolor abdominal
- Deshidratación
- Mucosas pálidas
- Pérdida de peso aguda
- Esfuerzo para defecar y posterior prolapso rectal
También pueden darse casos de coccidiosis nerviosa, en las infestaciones de Eimeria zuernii, sus signos involucran: convulsiones, nistagmo, temblores musculares y otras afecciones del sistema nervioso central.
Diagnóstico y tratamiento para la coccidiosis en bovinos
Se basa en la historia clínica, la revisión del animal y los signos que se encuentran presentes. La confirmación se realiza mediante pruebas de flotación fecal al detectar de 2 500 a 10 000 ooquistes por gramo de heces.
En la medida de lo posible identificar la especie de Eimeria es necesario para llevar a cabo futuras estrategias de control de parásitos internos. El diagnóstico diferencial de coccidiosis bovina puede realizarse para diarrea viral bovina, salmonelosis, alteraciones en la dieta, así como infestaciones de nematodos y cestodos gastrointestinales.
Vale la pena señalar que cuando se detectan los ooquistes en las heces, la mayoría de los parásitos ya han cumplido su ciclo de vida y el daño intestinal está hecho. Sin embargo, la administración del tratamiento aún puede beneficiar al resto de los animales del rancho.
La terapia se basa en fármacos que contienen agentes anticoccidiales como triazinas o ionóforos. Como alternativa, las sulfonamidas como Gorban® (reg. Q-0273-137) también se utilizan ampliamente para el tratamiento de la coccidiosis. Además, se recomienda administrar terapia de líquidos y controlar las infecciones bacterianas secundarias.
Medidas de bioseguridad para prevenir y controlar la coccidiosis bovina
Para evitar la presencia de coccidiosis y reducir su propagación te sugerimos realizar las siguientes tareas en tu unidad productiva:
- Evitar instalaciones sucias con presencia de lodo, encharcamientos y heces.
- Asegurar comederos limpios y libres de heces.
- Impedir la contaminación del agua potable con heces.
- Evitar la sobrepoblación en los corrales.
- Separar a los animales jóvenes de los adultos para reducir la transmisión.
- Asegurar el consumo de calostro de buena calidad en las primeras horas de vida del becerro.
- Proporcionar una dieta balanceada, cuidando también la adición de vitaminas y minerales.
- Realizar análisis de heces regulares para detectar la presencia de ooquistes de Eimeria.
- Mantener un programa de desparasitación adecuado.
- No introducir animales de origen desconocido sin una cuarentena adecuada.
- Establecer protocolos de aislamiento y tratamiento de animales infectados.
- Monitorear el estado de salud de los animales de manera regular.
- Evitar manejos muy bruscos para no provocar estrés.
- Mantener registros de salud y tratamiento de cada animal.
Para aprender más puedes leer nuestro artículo sobre cómo iniciar un programa de desparasitación. O bien, si requieres comprar algún producto o recibir asistencia técnica, contáctanos a través de nuestra página oficial.
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