Signos, tratamiento y prevención de la cetosis bovina

Una de las enfermedades metabólicas que causan más daño en las vacas lecheras de alto rendimiento es la cetosis bovina, la cual se manifiesta durante las primeras 6 a 8 semanas posteriores al parto, en la etapa más productiva de la lactancia, ocasionando un impacto productivo y económico muy severo.

La cetosis subclínica es la presentación más común y dañina, ya que la vaca no muestra ningún indicio de malestar, tiene una prevalencia mundial mayor al 20% (Lei & Simões, 2021), mientras que en México la incidencia es de 14.1% (Bruner y col., 2018), la manifestación de cetosis clínica es baja, pero no debe desestimarse.

Afecta a hatos lecheros de todos los sistemas productivos, con diferentes tipos de alimentación y en diversas condiciones ambientales. A continuación, te mostramos a detalle las repercusiones que trae esta enfermedad a la rentabilidad del hato.

Problemas que representa la cetosis en la producción

Dentro de los principales efectos negativos de la cetosis bovina, se encuentra la disminución de la producción de leche. Con un descenso promedio de 1.88 kg por día, se estiman pérdidas de alrededor de 300 kg de leche por vaca, teniendo en cuenta una lactancia de 305 días (Garzón-Audor & Oliver-Espinosa, 2018).

Además, manifiesta un impacto severo en la eficiencia reproductiva, observándose la reducción de la probabilidad de quedar gestantes durante la primera inseminación artificial después del parto, en un 4 a 10%, además de un incremento en trastornos como la retención de placenta, metritis, endometritis y quistes ováricos (Guliński, 2021).

Las vacas con cetosis son más propensas a presentar otras enfermedades como mastitis, desplazamiento de abomaso y laminitis durante el mismo periodo, debido a esto incrementa la probabilidad de eliminación durante la lactancia temprana.

Aunado a la imposibilidad de que los animales que logran recuperarse vuelvan a la producción de manera normal, genera graves pérdidas productivas y económicas. Pero, ¿sabes en qué consiste esta enfermedad? En seguida te damos todos los detalles.

¿Qué es la cetosis bovina?

Se define como una enfermedad metabólica que ocurre durante la lactancia temprana de las vacas, cuando la ingesta de energía no es suficiente para cubrir sus necesidades, por lo tanto, moviliza sus reservas corporales con rapidez, causando un incremento de cuerpos cetónicos en los tejidos y fluidos corporales.

Los cuerpos cetónicos son compuestos químicos, producto de la oxidación de ácidos grasos libres en el hígado, que se originan cuando el cuerpo obtiene energía de las moléculas de grasa en lugar de obtenerla de la glucosa. Están conformados por el ácido β-hidroxibutírico (βHBA), el ácido acetoacético (ACAC) y la acetona (AC).

El problema resulta debido a que las vacas durante el comienzo de la lactancia requieren un incremento de energía en la dieta del 30 al 50% para cubrir sus necesidades y mantener la producción de leche (Lei & Simões, 2021), sin embargo, la ingesta de materia seca de la vaca durante el periparto disminuye, generando así una deficiencia energética (Figura 1).

Figura 1. Cambios en el consumo de materia seca, producción de leche y peso vivo en una vaca durante su ciclo de lactancia.

La ingesta normal de alimento se restablece hasta 7 u 8 semanas después del parto, mientras que el pico de lactación se alcanza a las 4-5 semanas, los esfuerzos del organismo de la vaca para compensar la falta de glucosa son insuficientes, provocando la alteración, en especial en vacas de alto rendimiento productivo.

Factores que predisponen la cetosis bovina

Existe una serie de circunstancias que favorecen su presentación, te explicamos cuales son para ayudarte a identificar a las vacas que están en riesgo ¡Toma nota!

• Enfermedad. Cualquier trastorno que cause anorexia en el periodo posparto.
• Condición corporal. Puntuaciones superiores a 3.25 o 3.5 en la escala de 0 a 5.
• Número de partos. Se manifiesta con mayor frecuencia entre la 2° y 7° lactancia.
• Raza. Las vacas Jersey (19%) son más susceptibles que las Holstein (14%).
• Temporada. Existe un incremento de la prevalencia en verano y época de lluvias.
• Duración del periodo seco. Periodos largos incrementan el riesgo.
• Tamaño del hato. La incidencia aumenta en grupos de gran tamaño.
• Alojamiento. El hacinamiento acrecienta la presencia del desorden.

Clasificación y signos clínicos de la cetosis

La cetosis bovina ha sido clasificada de acuerdo a su causalidad y el momento de aparición en tipos 1, 2 y 3, te enseñamos en qué consiste cada uno de ellos y cómo reconocerlas.

• Tipo 1 o Primaria. Se manifiesta entre las 3 y 6 semanas después del parto, cerca del pico de lactancia, su causa es una nutrición deficiente de energía.
• Tipo 2 o Secundaria. Ocurre justo después del parto o en la primera semana posterior a éste, se asocia de manera directa a la sobrealimentación durante el periodo seco y a la presentación de otras enfermedades asociadas como metritis y mastitis.
• Tipo 3 o Nutricional. Se atribuye al consumo de grandes cantidades de ensilado de baja calidad o en mal estado que ha pasado por fermentación clostridial, este presenta una acumulación de precursores cetogénicos como el ácido butírico. 

Debido a que la categorización en estos tres tipos no siempre es clara, existe una clasificación más que comprende la presentación de signos, separándose en clínica y subclínica.

Cetosis clínica

Las vacas manifiestan pérdida del apetito, evitan comer ensilado o concentrados, disminución del peso corporal, pelaje opaco, heces secas, comportamiento de pica (comer tierra o guijarros), un característico olor afrutado en el aliento o la leche, algunas pueden manifestar incapacidad para levantarse.

En la forma nerviosa se puede observar aparente ceguera, falta de coordinación, incremento de la sensibilidad al tacto, agresividad, movimientos de masticación y salivación excesiva, lameteo constante de superficies o alguna parte de su cuerpo.

Cetosis subclínica

Como su nombre lo indica, no presenta ningún signo clínico como indicativo de enfermedad, solo se muestra un incremento de cuerpos cetónicos en sangre, leche y orina que no serán detectados a menos que se realicen las pruebas necesarias, esta es la que más se presenta en los hatos lecheros.

Diagnóstico y tratamiento de la cetosis bovina

El diagnóstico se hace mediante un examen físico completo del animal y la observación de los signos clínicos cuando estos son manifestados, se confirma mediante la detección de cuerpos cetónicos en sangre, orina o leche con ayuda de tiras reactivas o dispositivos electrónicos que miden su concentración.

Después de que tu Médico Veterinario efectúe la revisión y pruebas necesarias, prescribirá el tratamiento más adecuado para tus vacas. Lo principal es incrementar el consumo de energía en el alimento, los medicamentos administrados son glucosa, fructosa, dextrosa, propilenglicol, glucocorticoides, vitaminas del complejo B o multivitamínicos.

Se recomienda aplicar Fortenergy Suero como auxiliar en el tratamiento, ya que contiene dextrosa, vitaminas B2, B6 y B12, en conjunto con sales minerales y aminoácidos que ayudaran en la recuperación de las vacas afectadas.

La prevención siempre será mejor que el costo y tiempo que conllevan los tratamientos, por eso a continuación te damos una serie de recomendaciones que te ayudarán a evitar este desorden metabólico.

Prevención de la cetosis bovina

Cuando una vaca ha manifestado cetosis clínica, es probable que las otras vacas del hato la estén compensando sin mostrar algún signo (subclínica), por ello es necesario establecer programas de detección durante las primeras semanas posteriores al parto. 

Se puede prevenir con estrategias de manejo que mantengan un buen consumo de alimento y dietas que provean los nutrientes necesarios durante el periodo seco tardío e inmediatamente después del parto. La prevención de otras enfermedades como hipocalcemia, mastitis, retención de placenta también es importante.

Además, se deberá cuidar que las vacas lleguen al parto con una condición corporal de 3.0 (escala 0 a 5) y no sobre condicionadas. Asimismo, proporcionar el alojamiento adecuado, evitando hacinamiento y asegurándose de que todos los animales tengan acceso al alimento y agua.

Si requieres comprar algún producto para tratar la cetosis bovina, información adicional o asesoría técnica, no dudes en contactarnos a través de la página oficial de Club Ganadero. ¡Estamos para ayudarte!

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Bibliografía

Brunner, N., Groeger, S., Raposo, J. C., Bruckmaier, R. M., & Gross, J. J. (2018). Prevalence of subclinical ketosis and production diseases in dairy cows in Central and South America, Africa, Asia, Australia, New Zealand, and Eastern Europe. Translational Animal Science, 3(1), 84–92.

Garzón-Audor, M. A., & Oliver-Espinosa, O. J. (2018). Epidemiología de la cetosis en bovinos: una revisión. CES Medicina Veterinaria y Zootecnia, 13(1), 42-61.

Getachew, T. (2019). Ketosis and it is Economic Importance in Dairy Cattle: A Review. Journal of Daury and Veterinary Sciences, 10(5), 555800.

Guliński, P. (2021). Ketone bodies – causes and effects of their increased presence in cows’ body fluids: A review. Veterinary world, 14(6), 1492–1503.

Kushwah, N., Upadhyay, V., Roy, A., & Chhokar, M. (2020). Incidence, Causes and Treatment of Ketosis in Lactating Bovines. International Journal of Livestock Research, 10(6), 1-10.

Lei, M. A. C., & Simões, J. (2021). «Invited Review: Ketosis Diagnosis and Monitoring in High-Producing Dairy Cows». Dairy, 2(2), 303-325.

Leiterman, R. (2014). The Who, What, When, Where, Why and How of Ketosis In Dairy Cows. Crystal Creek® Natural, LLC, 1.888.376.6777.

Madreseh-Ghahfarokhi, S., Dehghani-Samani, A., & Dehghani-Samani, A. (2018). Ketosis (acetonaemia) in dairy cattle farms: practical guide based on importance, diagnosis, prevention and treatments. Journal of Dairy Veterinary & Animal Research, 7(6), 299-302.

Steeneveld, W., Amuta, P., van Soest, F. J., Jorritsma, R., & Hogeveen, H. (2020). Estimating the combined costs of clinical and subclinical ketosis in dairy cows. PloS one, 15(4), e0230448.

Zhang, G., & Ametaj, B. N. (2020). Ketosis an Old Story Under a New Approach. Dairy, 1(1), 42-60.

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