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¿Qué son las micotoxinas y cómo afectan al ganado bovino?

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Desde hace varias décadas, las micotoxinas han sido una gran preocupación para los ganaderos, debido a que mundialmente han sido consideradas como uno de los contaminantes más peligrosos de los granos y forrajes utilizados para la alimentación de los bovinos.

La presencia de estas sustancias tóxicas ocasiona muchos trastornos y enfermedades en los animales afectados. Además, productos como la carne o la leche pueden contener restos de toxinas, lo cual resulta en un grave asunto de salud pública al ser consumidos por el humano.

Por lo tanto, las micotoxicosis pueden causar un gran impacto económico negativo en las unidades ganaderas de todo México, a continuación, te mostramos a detalle los efectos que causan de manera que puedas identificar si tus bovinos están siendo afectados por este problema.

Afecciones que causa el consumo de micotoxinas

Las repercusiones que las micotoxinas producen en el ganado bovino son muy diversas,  dependen en gran parte de las cantidades ingeridas, la duración de la exposición y la sensibilidad del animal, aunque las vacas en transición y los becerros son los más susceptibles

Por lo general, causan una disminución en el consumo de alimento que lleva a una importante pérdida del peso corporal. La producción de leche puede caer hasta en un 15% (Adams y col., 2016), incluso se ha mostrado incremento en el recuento de células somáticas y un aumento de mastitis en vacas que consumen alimento contaminado.

Se suprime el sistema inmune y endocrino, favoreciendo la presencia de otras enfermedades o trastornos como cetosis, desplazamiento de abomaso, deterioro del desempeño reproductivo, abortos, alteraciones en órganos como los riñones, el hígado y el rumen, llegando a casos graves donde puede ocasionar la muerte del animal.

El mayor riesgo para los humanos es que la calidad de la leche está directamente relacionada con las características del alimento consumido por el animal y puede contener residuos de toxinas, causando un considerable daño a la salud. 

En seguida te explicamos cómo es que estas sustancias se encuentran en los piensos y forrajes.

Presencia de micotoxinas en el alimento

Las micotoxinas se definen como compuestos muy tóxicos producidos por hongos que crecen y se desarrollan forrajes, concentrados y granos. Las enfermedades que resultan de la exposición de los animales a estas sustancias se denominan micotoxicosis. La enfermedad por múltiples tipos de micotoxinas en combinación es bastante común.

Los hongos que producen estas sustancias se dividen en dos grupos de acuerdo a su origen. Los de campo que pueden manifestarse previo a la cosecha, durante el transporte o en la preparación de ensilados e involucran especies del género Fusarium. Y los de almacenamiento que comprenden a Penicillium y Aspergillus. 

Existe una serie de factores que favorecen el desarrollo de hongos y la producción de micotoxinas, te enseñamos cuáles son:

  • Temperatura. Pueden crecer en condiciones que van de los 10 a los 40 °C, aunque son más frecuentes en regiones cálidas y templadas.
  • Humedad relativa. Son favorables valores de 20 y 70% para hongos de campo, mientras que los de almacenamiento se encuentran entre 12 y 18%.
  • Actividad del agua. Crecen en lugares con una disponibilidad mayor a 0.7 aW.
  • pH. Se establecen en ambientes ácidos y neutros, sus valores óptimos van de 4 a 8.
  • Presencia de plagas. Roedores, aves o insectos pueden facilitar la contaminación.

Tipos de micotoxinas 

En la actualidad, se han identificado más de 400 micotoxinas, las cuales se agruparon en 6 categorías principales que nos ayudan a identificarlas:

1. Aflatoxinas

Son producidas por especies del género Aspergillus y han sido catalogadas como las más tóxicas. Se encuentran en el suelo, el heno, vegetación en descomposición, cereales como el maíz, trigo y sorgo. Estas se transfieren de la dieta a la leche de las vacas. 

En los animales se observa una reducción de la eficiencia alimenticia, decremento de la producción láctea, afecciones en la función hepática, problemas en la fertilidad, daños intestinales, afecciones en el desarrollo embrionario y pueden ser mortales.

2. Tricotecenos

Involucran a hongos del género Fusarium, aunque no es el único que las ocasiona. Se desarrollan en plantas como el maíz, la avena, el trigo, la cebada y forrajes como los ensilados.

Las toxinas de este grupo causan irritación de la mucosa intestinal que conduce a hemorragias, ingesta reducida de alimento, decremento en la producción de leche, diarrea, vómito, dermatitis debido al contacto directo con la piel, en exposiciones crónicas deprime de manera importante el sistema inmunológico, casos graves causan la muerte.

3. Ocratoxinas

Son producidas por hongos de los géneros Aspergillus y Penicillium, durante el almacenamiento de los alimentos. Están presentes en cereales, concentrados a base de cereales y forrajes combinados. 

Raras veces afectan a los bovinos, pero se sabe que, en becerros jóvenes, causan un notable deterioro renal, daño hepático, afecciones al sistema inmune, mientras que en hembras gestantes provocan malformaciones y desarrollo embrionario pobre.

4. Patulina 

Son formadas por una variedad de especies, particularmente Aspergillus y Penicillium, con frecuencia están presentes en frutas, granos y ensilados. Su potencial de toxicidad es bajo, pero en animales susceptibles son capaces de ocasionar genotoxicidad, daño en órganos como el hígado, el bazo y el riñón, además de afectar el sistema inmunológico.

5. Fumonisinas

No presentan una alta toxicidad, están formadas por varias especies del género Fusarium, y se encuentran en las plantas y los ensilados de maíz. Los signos clínicos presentes son reducción del consumo de alimento, disminución del peso corporal, alteraciones gastrointestinales, diarrea y decremento en la producción de leche.

6. Zearenolona

También conocida como F2, son formadas por un gran número de especies del género Fusarium, se encuentran en cultivos de cereales: maíz, cebada, avena, trigo, arroz y sorgo. 

Causa una toxicidad menor, su signología involucra prolapsos vaginales, abortos, muerte embrionaria temprana, infertilidad, vaginitis y agrandamiento de la glándula mamaria.

Detección de micotoxinas

Como puedes ver los signos clínicos que manifiestan los animales que han consumido alimento contaminado suelen ser muy inespecíficos, el desarrollo de la micotoxicosis depende de una serie de factores que involucran el estado de salud, la nutrición, la etapa de producción, las instalaciones, la dosis y el tiempo de exposición a las micotoxinas.

Es importante detectar señales visuales como crecimiento de moho, granos descoloridos o deformes y humedad, cuando se sospecha de este desorden. Es relevante destacar que la presencia de moho no es un fiel indicativo de micotoxinas, pero si es un indicador de contaminación.

Una vez que se ha detectado alimento dañado y ha sido relacionado con pérdidas en el rendimiento y deterioro de la salud en los animales, será necesario muestrear el alimento, ya que las fugas económicas por descartar todo el alimento que se sospecha que está contaminado son altísimas.

Hoy en día, existen en el mercado kits de pruebas rápidas que permiten determinar el tipo de contaminación y la cuantificación de toxinas contenidas en los alimentos, consulta directamente con tu Médico Veterinario, él se encargará de realizar las pruebas necesarias o enviar las muestras al laboratorio correspondiente.

Prevención de la aparición de micotoxinas 

La prevención del crecimiento de moho y la producción de micotoxinas se basa en gran medida en la selección cuidadosa y el almacenamiento adecuado de granos y forrajes. 

En el periodo previo a la cosecha se pueden utilizar estrategias como la rotación de cultivos, uso de variedades resistentes, aplicación de fungicidas permitidos y control de insectos y plagas.

Durante el almacenamiento es importante mantener una humedad menor al 12%, evitar dañar la integridad de los cereales, limpiar y mantener en las condiciones adecuadas el equipo de preparación de alimentos y el lugar donde se resguardan los forrajes, incluidos los silos, además, se pueden usar aditivos como sustancias adsorbentes.

Es crucial retirar de las bodegas únicamente el alimento que será consumido ese día, así como limpiar diariamente los comederos. Cuando existe alimento ya contaminado, se recomienda mezclarlo con alimento en buen estado para disminuir la cantidad de toxina consumida o en los casos más severos eliminarlo. 

¿Qué esperas para poner todos estos consejos en práctica? Te aseguramos que te serán de ayuda para mantener a tus bovinos saludables. ¿Tienes dudas o necesitas asesoría técnica? No dudes en contactarnos a través de la página oficial de Club Ganadero.

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Bibliografía

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