Cuidado y prevención de la mastitis bovina

La mastitis es la enfermedad más frecuente que afecta a la industria láctea de todo el mundo, las pérdidas económicas se estiman por encima de los 700 mil millones de pesos al año (El-Sayed & Kamel, 2021).

Estudios recientes señalan que el 78% de estas mermas se deben a la disminución de la producción y la baja calidad de la leche, lo cual, castiga su precio ya que presenta altos conteos de células somáticas (Ashraf & Imran, 2020).

Mientras que el resto involucra daños como el incremento en el costo de los tratamientos, el desecho de animales con alto valor genético y el aumento en los gastos de los reemplazos.

Comprender las causas de este padecimiento y las medidas utilizadas para su control y prevención es una de las principales herramientas que te permitirán contrarrestar el detrimento en tu unidad productiva. Aquí te damos todos los detalles.

¿Qué es la mastitis bovina?

La mastitis bovina se define como la inflamación de la glándula mamaria y sus tejidos secretores. Se puede clasificar en clínica y subclínica, siendo esta última la de mayor importancia porque los animales no presentan signos evidentes de la enfermedad.

¿Cuáles son las causas de mastitis bovina?

Los factores que la desencadenan son múltiples, aunque pueden dividirse en dos grupos, el primero involucra las inflamaciones causadas por microorganismos.

Mientras que el segundo implica el mal manejo como la pobre higiene durante la ordeña, instalaciones sucias con presencia de objetos punzocortantes que ocasionan lesiones en la ubre y la manifestación de trastornos metabólicos.

Además, existen otras condiciones que aumentan la probabilidad de presentar este padecimiento como:

• Animales con más de tres lactancias.
• Alta producción de leche.
• Raza (Holstein y sus cruzas).
• Hatos numerosos.
• Deficiencia de vitaminas.
• Anormalidades en la ubre o los pezones.
• Falta de atención y tratamientos durante el periodo seco.

Signos clínicos de la mastitis bovina

Te preguntarás ¿cómo puedo identificar si mi vaca tiene mastitis? Enseguida te mostramos las principales manifestaciones de acuerdo a cada etapa:

1. Mastitis subclínica. No hay evidencia de cambios en la ubre ni en la leche, solo se puede identificar una pérdida en la producción de hasta el 30%.
2. Mastitis clínica. Inflamación de la glándula mamaria, enrojecimiento y calor, dolor a la palpación, presencia de coágulos en la leche, fiebre, depresión, marcada disminución productiva, pérdida de peso y temblores musculares.
3. Mastitis aguda. Se observa la ubre hinchada, rígida y dolorosa, la leche se ve coagulada y acuosa, existe secreción de sangre, dificultad para respirar y taquicardia.
4. Mastitis crónica. Cuando el proceso dura varios meses, la leche presenta coágulos muy evidentes, un color amarillo verdoso y mal olor, así como fibrosis en el tejido de la glándula mamaria; los pezones se vuelven firmes con nódulos, disminuyen su tamaño y pierden la funcionalidad.

Recuerda que llevar a cabo un diagnóstico y tratamiento a tiempo es una de las principales herramientas para controlar su manifestación y diseminación. A continuación, te mostramos una serie de recomendaciones que te ayudarán a evitarla.

Prevención de la mastitis bovina

El objetivo de la implementación de medidas para prevenir la mastitis comprende dos principios fundamentales: minimizar la duración de las infecciones intramamarias y reducir la incidencia de nuevos casos.

Dichas medidas deben ser eficaces contra todos los patógenos causantes de mastitis y aplicables en el hato completo, esto ayudará a que los beneficios sean mayores. Te presentamos una serie de prácticas efectivas.

Monitoreo constante

Una herramienta ideal y de bajo costo que ayuda a diagnosticar a las vacas afectadas son los registros, pues llevar una lista de producción diaria nos permitirá detectar cualquier baja que pueda indicar la infección intramamaria.

La detección de mastitis clínica se realiza mediante la palpación de la glándula mamaria y observando la apariencia de la leche, por ello es crucial prestar atención diariamente a cualquier anormalidad o lesión detectada durante el ordeño.

Pruebas diagnósticas

En los casos en los que no se manifiestan signos clínicos (mastitis subclínica) es necesario efectuar otros procedimientos para su identificación y evitar el contagio a otras vacas del hato. La prueba de California para mastitis bovina es una de las herramientas más utilizadas.

Consiste en colocar un chorro de leche en una paleta con 4 pozos (uno para cada pezón) y se adiciona un reactivo que contiene detergente y un indicador de pH. La lectura de la prueba se basa en la viscosidad, la gravedad estará determinada por la cantidad de células somáticas presentes reflejada directamente en la intensidad de la formación del gel.

Se recomienda hacerla a partir del día 4 a 6 de la lactación, cuando termina la producción de calostro, de ahí en adelante se lleva a cabo una vez al mes durante todo el periodo de lactancia.

Otras técnicas involucran el uso de la taza de tira o fondo oscuro, el conteo de células somáticas, la prueba de conductividad eléctrica y el cultivo, aislamiento e identificación de las bacterias causantes.

Terapia antibiótica oportuna

Los medicamentos para tratar la mastitis involucran antibióticos sistémicos o intramamarios que pueden combinarse con antiinflamatorios. Una vez que se han identificado los microorganismos patógenos, el médico veterinario indicará el tratamiento adecuado, así como la dosis y la duración óptimas.

El periodo seco es una de las medidas más efectivas para el control de la mastitis pues, durante esta etapa, se administra la terapia de secado en todos los cuartos de las vacas con el fin de minimizar el riesgo de infecciones.

Medidas higiénicas

Para disminuir la propagación bacteriana, así como, la transmisión y el establecimiento de infecciones, es necesario llevar a cabo prácticas que involucran sumergir los pezones en una solución antiséptica antes y después de la ordeña, usar adecuadamente y dar mantenimiento al equipo, además del sacrificio de animales infectados crónicamente.

De igual manera, la limpieza de las instalaciones donde se encuentran los animales es fundamental, los corrales se tienen que mantener secos y cómodos, las camas cambiarse con frecuencia y el estiércol eliminarse diariamente sin descuidar los alojamientos de las vacas secas. La sala de ordeño se debe limpiar y desinfectar con regularidad.

Alimentación adecuada

Se ha demostrado que la nutrición juega un papel relevante en la salud de la ubre, es por ello que no debe descuidarse durante la lactancia. Las dietas se pueden suplementar en esta etapa con minerales (zinc, cobre, selenio y hierro) y vitaminas (A, E y C).

Tips básicos para la prevención y el control de la mastitis bovina 

Uno de los programas más utilizados para el control de la mastitis bovina se resume en el cumplimiento de los siguientes pasos:

1. Establecer un objetivo de salud de la glándula mamaria.
2. Garantizar el alojamiento limpio y seco de los animales.
3. Respetar el orden de entrada a la sala de ordeño (vacas recién paridas, grupos de mitad y final de la lactancia y por último, las tratadas).
4. Realizar el procedimiento de ordeño correctamente.
5. Cuidado y mantenimiento del equipo de ordeño.
6. Tratamiento oportuno y adecuado de los casos de mastitis.
7. Mantener registros de las vacas tratadas con evaluación y actualización de los antibióticos utilizados.
8. Manejo efectivo de la terapia de vacas secas.
9. Desecho o sacrificio de las vacas con mastitis crónica.
10. Evaluación periódica del programa.

Ahora que ya conoces las principales medidas usadas en el control y prevención de la mastitis bovina, es fundamental que las empieces a poner en práctica. Recuerda siempre consultar con tu médico veterinario si tienes alguna duda.

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Bibliografía

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