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Tratamiento y prevención de la enfermedad del músculo blanco en bovinos

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La enfermedad del músculo blanco (EMB) es una afección común en bovinos, causada por deficiencias nutricionales que afectan los tejidos musculares y puede tener graves consecuencias para el bienestar de los individuos y la rentabilidad de la unidad productiva.

El porcentaje de incidencia varía dependiendo de la región geográfica, el tipo de ganado y la calidad de la dieta, las propiedades del agua de bebida y las características del suelo donde pastan. Es necesario también tener en cuenta que se manifiesta en individuos de todas las edades.

Por ello, es crucial entender sus causas y conocer los signos clínicos para llevar a cabo una detección oportuna e implementar el tratamiento adecuado y las medidas preventivas, con la finalidad de preservar la salud de los animales. Enseguida te explicamos todo lo que debes saber sobre este problema y cómo evitarlo.

¿Qué es la enfermedad del músculo blanco en bovinos?

Es un padecimiento metabólico que afecta el tejido múscular cardiaco, esquelético y respiratorio, debido a la deficiencia de selenio y/o vitamina E. Se le conoce también como enfermedad del músculo pálido, miopatía nutricional o miodegeneración (degeneración muscular) nutricional.

Tiene dos manifestaciones, la congénita y la tardía, las cuales se observan en recién nacidos y en animales menores a los 6 meses de edad, aunque también puede presentarse en individuos mayores, a modo de brotes.

La mayoría de los casos corresponden a becerros durante la etapa de rápido crecimiento o que son sometidos a cambios drásticos, por ejemplo, pasar de estabulación a pastoreo, destete y variaciones en la temperatura ambiental, porque su actividad física es mayor, lo cual incrementa el riesgo.

Pueden ocurrir cuadros clínicos de tipo agudo, es decir, aparición repentina que empeora muy rápido, terminando en la muerte, y crónicos cuando los individuos se encuentran enfermos por largos periodos, con signos leves y solo presentan una recuperación parcial.

¿Cuáles son sus causas?

Se le atribuye principalmente a una alimentación de mala calidad, por lo general se observa en animales que pastan o se alimentan de cultivos que crecen en suelos deficientes en selenio, forrajes de rápido crecimiento, pasturas con predominio de leguminosas y heno o paja que han sido almacenados durante mucho tiempo.

Otros factores que pueden contribuir a su incidencia incluyen dietas con abundantes ácidos grasos poliinsaturados o minerales como el hierro, la prevalencia de condiciones estresantes y otros trastornos o problemas digestivos que afectan la absorción de los nutrientes.

Signos de la enfermedad del músculo blanco en la especie bovina

La forma congénita se reconoce a través de muertes fetales, nacimiento de becerros débiles que no amamantan y por lo general mueren a los pocos días. Mientras que los animales afectados con la forma tardía muestran la siguiente signología:

  • Rigidez e incapacidad para levantarse
  • Pasan la mayor parte del tiempo acostados
  • Caminan arrastrando las extremidades
  • Presentan dolor muscular
  • Dificultad para respirar
  • Aumento de la frecuencia cardiaca
  • Orina color marrón o rojiza
  • Diarrea y deshidratación
  • Falta de apetito y pérdida de peso
  • Disminución de la producción de leche
  • Infecciones crónicas
  • Infertilidad y abortos espontáneos
  • Muerte súbita por fallo cardiaco

Además, estos pueden verse acentuados después de realizar procedimientos de manejo o ejercicio, precipitando su severidad.

Los hallazgos post-mortem involucran líquido en pulmones y tórax, así como lesiones musculares en el corazón, el diafragma y los músculos esqueléticos (clásicamente en el muslo y el hombro), que se caracterizan por una apariencia pálida, blanquecina o amarillenta; debido a esta particularidad es que adoptó su nombre.

Enfermedad del músculo blanco: diagnóstico

Su determinación la debe llevar a cabo el médico veterinario mediante la identificación de los signos, la historia clínica, la evaluación física del animal, el historial de alimentación y los resultados de la necropsia, cuando este sea el caso.

También es necesario hacer pruebas complementarias para su confirmación, ya sea en el individuo enfermo o, al menos en 5 bovinos en el caso de un brote, entre las que se encuentran análisis de sangre e histopatología. De la misma forma, se recomienda evaluar muestras de suelo y del alimento que consumen.

Es indispensable realizar diagnóstico diferencial descartando otras enfermedades con manifestaciones similares, como lesiones, clostridiosis, enfermedad respiratoria bovina asociada a Pasteurella multocida o virus sincitial respiratorio bovino (BRSV), parásitos pulmonares, etc.

Importancia del tratamiento para la enfermedad del músculo blanco

Las perdidas productivas y económicas generadas por este desorden nutricional incluyen mortalidad neonatal, reducción de la tasa de crecimiento, pérdida de peso, baja producción de leche, disminución de la eficiencia reproductiva, además del incremento en el riesgo de abortos, retención de placenta, metritis, endometritis, mastitis y laminitis.

De manera que, llevar a cabo la terapia adecuada una vez que ha detectado el problema, ayuda a evitar el daño que conlleva ya que el selenio y la vitamina E actúan como antioxidantes naturales, protegiendo a los músculos esqueléticos, cardíacos y respiratorios.

El principal objetivo del tratamiento consiste en restablecer los niveles óptimos de ambos elementos en el cuerpo del animal. Para ello se recomienda usar Mu-Se® (reg. SADER Q-0273-044), una emulsión de administración parenteral que contiene selenito sódico y vitamina E.

Dependiendo de la gravedad del caso y el criterio del MVZ se puede emplear conjuntamente terapia de líquidos, analgésicos y antiinflamatorios, aliviando los signos asociados. De igual manera, es necesario proporcionar alimento balanceado y reducir la actividad física durante el periodo de recuperación.

Prácticas de manejo para prevenir la enfermedad del músculo blanco en bovinos

Uno de los primeros pasos al prevenirla es proporcionar una dieta adecuada, con los nutrientes necesarios, en especial durante etapas como la gestación y la lactancia, porque tanto el selenio como la vitamina E se concentran en el calostro, asegurando un buen suministro en el recién nacido.

Suplementar en áreas donde se sabe que las deficiencias son comunes es uno más de los procedimientos de prevención. Se sugiere aplicar Mu-Se® en becerros durante el destete; cada 2 meses en novillos; dos veces al año en sementales; así como en vacas, en el empadre, 3 semanas previas y al momento del parto.

Recuerda consultarlo previamente con tu médico veterinario, ya que el selenio es uno de los elementos más tóxicos cuando se usa incorrectamente, por esta razón asegúrate siempre de seguir las dosificaciones recomendadas, así como las indicaciones del fabricante y registra cada una de las fechas de tratamiento.

Algunas otras actividades comprenden suministrar agua limpia y de buena calidad, es decir, que no contenga altos niveles de minerales que puedan interferir con la absorción de nutrientes. Al igual, es importante proporcionar un ambiente libre de estrés, controlar la sobrepoblación e implementar buenas técnicas de manejo del ganado.

Una vez que ya conoces qué es la enfermedad del músculo blanco, aquellos bovinos que muestran signos clínicos tendrán que ser revisados por un profesional, él te proporcionará las recomendaciones necesarias para disminuir las afecciones productivas y económicas en tu unidad ganadera.

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